18 de septiembre de 2012

Vacances en la France, del 10 al 25 de Agosto. Segunda parte: Las dos capitales y el centro de Bretaña

Como sabemos que ya no podíais esperar más, aquí está la segunda entrega de la crónica de nuestro viaje del verano.

Nantes, la puerta de Bretaña. Aunque en la actualidad Nantes pertenece a la Región del Loira, y es además su capital, todo en esta ciudad evoca la vibrante historia de Bretaña, y se respira en ella el ambiente característico de esta región única. Imprescindibles la catedral, el castillo y las calles del centro:

Catedral de Nantes, aún en restauración tras el grave incendio de 1972

El castillo de los Duques de Bretaña, de gran importancia histórica



¡Síii! Las famosísimas galletas Lu son de Nantes...

Además en Nantes hay un festival de verano con muchas actividades, conciertos y exposiciones al aire libre, Le voyage à Nantes:


Daba "cosica" pasar por debajo...

Y descubrimos que Nantes también era furgonetero
Después de todo el día en Nantes, salimos en dirección hacia Rennes, donde dormimos en un precioso camping (al que llegamos in-extremis, porque en Francia los camping cierran la barrera muy pronto).

Se nos pegaban las sábanas, pero queríamos ver muchas cosas...
Rennes es la actual capital de Bretaña, ciudad universitaria y con unas espectaculares casas medievales, con su entramado de madera, típico de esta zona. Esta ciudad nos encantó, porque tuvimos la suerte de disfrutarla con muy poca gente, y el paseo por sus calles fue realmente especial. Y como ya sí que estábamos en plena Bretaña, no podíamos dejar de probar sus famosas crepes, acompañadas de una buena sidra bretona.





No muy lejos de Rennes, hacia el suroeste, está el bosque de Broceliande, un bosque plagado de leyendas y de magia. Cuentan que en él tuvieron lugar muchas de las aventuras del Rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda y vivió durante años el Mago Merlín. Un lugar realmente emocionante:

La Fuente de la eterna Juventud

La tumba de Merlín (llena de flores y mensajes entre las grietas de la piedra)

La Abadía de Paimpont, en el centro del bosque (allí al lado dormimos)

El Castillo de Trecesson

La Casa de Viviane o Tumba de los Druidas


Después de volver a ser un poco niños, dejándonos impregnar del espíritu de cuentos y leyendas de aquel hermoso bosque, continuamos nuestro camino hacia el sur, de nuevo hacia el mar. Pero antes, hicimos una parada en otro bonito pueblo, con uno de los castillos más majestuosos de toda la región y con un curioso nombre: Josselin



La noche iba llegando, y buscamos refugio en la cercana ciudad de Vannes, a orillas del golfo de Morbihan, una especie de mar interior plagado de islas. De nuevo muchas casas de arquitectura medieval y rincones con mucho encanto, como el restaurante donde cenamos.

Muralla y jardines de Vannes
Restaurante tipo "Amelie" donde cenamos

Después de cenar, buscamos sitio en alguno de los diferentes campings de la zona, pero los horarios franceses nos volvieron a complicar la tarea. Al fin encontramos uno que no tenía barrera y en el que nos pudimos "colar", y además estaba a orillas de ese pequeño mar junto al mar. La costa sur de Bretaña se abriría a nuestros ojos a la mañana siguiente, pero eso ya es cosa de la siguiente entrada del blog (que sabemos que esperaréis ansiosos...)

1 de septiembre de 2012

Vacances en la France, del 10 al 25 de Agosto. Primera parte: de Pucela a La Rochelle.

Recorrido con los lugares donde hemos dormido durante el viaje

Vacaciones de verano... con la vuelta al trabajo en fase de superación, es momento de recordar el viajecito que nos pegamos hace unas semanas: 15 días por Bretaña y un pelín de Normandía, además de los lugares por los que pasamos para llegar allí, que por ahora la furgo no vuela ni teletransporta.




Así de contentos le decíamos adiós al pisito de Valladolid: durante 2 semanas la Rojilla iba a ser nuestra casa móvil. Íbamos muy descansados, no sabíamos la que  nos esperaba...
Primera parada, viernes tarde-noche en Arándanos. Un poco defraudados por la ausencia a última hora de Maga, disfrutamos de una noche de Love of Lesbian y también algún descubrimiento interesante como The Gift.



A la mañana siguiente rumbo a Francia, pero antes, despedida en Pasajes y en Hondarribia. Aquí nos vimos obligados a aprovechar el día de playa no fuera a ser que no vieramos más el sol en una temporada ya que nos habían hablado bastante mal del clima Bretón.
Vista de Pasajes
Playa de Hondarribia
Por la tarde ya sí, cruzamos la frontera. Intentamos, sin éxito, dormir en algun camping de playa entre San Juan de Luz y Biarritz: estaban todos a tope. 
Al final, acabamos en un área de autocaravas el centro de Biarritz. Un sitio muy cómodo, con unos baños bastante apañados. Todo perfecto si no hubiera sido por un "autocaravanero" algo novato (por no decir TORPE) aparcando, que nos dejó un "souvenir" en las bicis. Afortunadamente la furgo no sufrió daños importantes y, sobre todo, eran españoles. Esto está bastante bien a la hora de arreglar los papeles del seguro y lo más importante, puedes indignarte e insultarlos que te entienden perfectamente...

Despues del disgusto, sueño reparador, paseo mañanero por las playitas de Biarritz y vuelta a la carretera.

La playa y el hotel du Palais, Biarritz
No es el Caribe, es un "aire de repos"

Parada en un área de descanso y unos kilómetros más para llegar a una maravilla de la naturaleza: la duna de Pilat, la más alta de Europa y un sitio estupendo para sacar fotazas.

Subiendo hacia lo alto de la duna

La duna desde arriba
Acrobacias en la arena
El hueco que nos hicieron en el camping
Una de las imágenes mas bonitas del viaje
Nos costó mucho dejar este sitio tan espectacular pero "the show must go on"... Seguimos hacia el norte sin dejar la costa, por una zona en la que se alternan playas y lagos. En uno de ellos hicimos un picnic para reponer fuerzas.


Con tal de seguir por la carretera de la costa (¿quién quiere autopista pudiendo ir de pueblo en pueblo a 40 por hora?) y no dar demasiadas vueltas, cogimos un ferry para cruzar el estuario de la Gironda y seguir hasta la Rochelle, donde nos tomamos un cafelito despues de un paseo por el puerto y "catamos" la primera gallete o crep salada.


Y otro día que llegaba a su fin. La cuarta noche la pasamos en un área de servicio a unos kilómetros de Nantes, puerta de entrada a la Bretaña.