30 de julio de 2012

Riofrío, La Granja y Siete Picos. 30 de junio y 1 de julio de 2012.



¡Cómo pasa el tiempo! Ha pasado ya un año desde que somos "dos en la Rojilla". Un año de viajes, de aventuras, de emociones y de buenos momentos. Y es que el 30 de julio de 2011, fuimos a recoger nuestra flamante nueva furgo a Madrid, justo al día siguiente de decir adiós a mi primera furgo (que podéis ver en la anterior entrada de este blog). Recuerdo aquel día con una alegría y emoción especiales, que vuelven a surgir cada vez que planeamos una nueva aventura en nuestro refugio con ruedas. Pero ahora es momento de contaros nuestra última escapada:

Fue hace un mes. Esta vez volvimos a quedarnos en Castilla. El domingo, el grupo con el que solemos hacer rutas de senderismo (los Jovenes Castores), había organizado una ruta de montaña desde el Puerto de Navacerrada hasta los Siete Picos. Pero la montaña, entre todas sus ventajas, tiene un pequeño inconveniente, el madrugón que hay que pegarse. Y para este inconveniente una gran solución, ¡la furgo! que nos permite dormir a los pies de la montaña. Así que el sábado cogimos la carretera y aprovechamos a hacer algunas visitas, que por cercanas, vas aplazando un fin de semana tras otro: el Palacio de Riofrío y el Palacio y jardines de La Granja, donde pudimos disfrutar del gran espectáculo de fuentes.





Después de esto, como aún quedaba mucho para que se hiciera de noche, nos fuimos a Cercedilla, que es un pueblo de la Comunidad de Madrid, a los pies del macizo de los Siete Picos, que recorreríamos al día siguiente.


Y como la noche iba cayendo, teníamos que encontrar un sitio para dormir. Y qué mejor que el punto de partida de la ruta del día siguiente: el Puerto de Navacerrada. LLegamos al parking, y nos quedamos junto a unos colegas autocaravaneros. Y encima, junto al parking unos baños nuevos y limpísimos, abiertos toda la noche. Vamos, mejor que un camping. 


Al día siguiente, nos despertamos con unas vistas espectaculares de la meseta castellana desde nuestro "hotel de montaña", desayunamos en la mítica cafetería Dos Castillas (punto de encuentro de todos los montañeros de la zona), y comenzamos nuestra ruta. Y como la montaña invita tanto a la fotografía, aquí os dejo una selección de las muchísimas fotos que saqué aquel día.

Subida al Alto del Telégrafo, con la Bola del Mundo al fondo
Foto de grupo junto a la Virgen de las Nieves

En la Piedra Ventolera

Subiendo, subiendo, dejábamos abajo las nubes...






Delante del séptimo pico (el primero que nos encontramos)...
...Y arriba del séptimo pico













Desde el séptimo pico hacia el este (con La Bola del Mundo y La Maliciosa al fondo)

Desde el séptimo pico hacia el sur (con Madrid y sus 4 torres al fondo, y la Maliciosa a la izquierda)

Bordeando el resto de picos por el sendero...
Nuestros amigos, los hitos, y Peñalara al fondo






"La roca soplando el árbol"

¡Que se cae!

Piedras que parecen seres vivos y árboles convertidos en piedra

Contemplando Castilla entera
De vuelta al Puerto de Navacerrada por el Camino Scmidt

Espectacular día de montaña con muy buena gente como compañeros de ruta. Ahora ya estamos preparando nuestro deseado y merecido viaje de vacaciones, que este año va a ser con la furgo. El destino, Bretaña y Baja Normandía, en Francia, aprovechando el viaje por toda la costa atlántica francesa. Como siempre, aquí os lo contaremos... Ah, y ¡Feliz cumpleaño Rojilla!





5 de julio de 2012

Finde con "George" y familia: Pechón (Cantabria) y La Franca (Asturias). 22 al 24 de junio de 2012

Después de un periodo de descanso, ¡hemos vuelto a coger la furgo! Y con ganas, porque nos hemos ido dos fines de semana seguidos... Uno al mar y otro a la montaña. Pero vamos por partes, y empecemos por el mar.

Para estrenar el verano furgonetero nos fuimos a uno de nuestros sitios cercanos preferidos: Astubria o Canturias, como prefiráis. ¿Que dónde esta eso? Pues muy fácil, es la suma de Asturias y Cantabria. Y es que en este caso disfrutamos de las dos provincias en un sólo fin de semana. El lugar elegido para la primera noche fue el camping Las Arenas, en Pechón (Cantabria), justo en la frontera con Asturias. No conocíamos este camping, pero nos gustó mucho su situación, en un monte junto al mar. Así que se lo propusimos a nuestros compañeros de fin de semana, mi hermano Jorge y compañía (Carmen y los pequeñajos Guille y Celia). Y es que ellos también son unos furgoneteros de pro. Hace ya unos años, mi hermano y yo nos embarcamos juntos en nuestra primera furgo. No era ni mucho menos nuestro primer contacto con este mundo, ya que es algo que hemos mamado desde pequeños gracias a nuestros padres, y todos nuestros inolvidables viajes en caravana ("la casita miquena (pequeña)", que yo decía de pequeño). Pero esa furgo, de la que guardo un especial cariño, nos hizo amar aún más esta forma de vida. No podía faltar un pequeño recuerdo en este blog:
En nuestro primer viaje juntos en la furgo, mi hermano y yo, también en Asturias.
 
Ahora, unos años después, y un poco más mayores (unos más que otros...), aquí nos tenéis cada uno con la nuestra:


Como veis, el sitio no defraudó nuestras espectativas. El camping está situado en sitio espectacular, casi salvaje, pero con unas buenísimas instalaciones, y junto a una preciosa playa. Esta era la vista desde nuestro sitio. Por cierto, impresionante el sonido del mar por la noche. Seguro que repetiremos...
 
Pero para poder disfrutar mejor de la playa (la que estaba junto al camping era de piedras y un poco peligrosa para los pequeñajos) nos desplazamos a un lugar cercano que ya conocíamos bien, la playa de La Franca, ya en la costa asturiana, y su agradable camping Las Hortensias. Eso sí, después de un buen baño en la piscina, en la que sólo nos bañamos los dos más valientes, los dos Guillermos (mi sobrino y yo).

El camping está situado junto a una hermosa y enorme playa (La Franca), en la que la marea baja deja al descubierto otras pequeñas calas, con pequeñas pozas de agua y numerosas cuevas y rincones espectaculares. Allí estuvimos el último día de la temporada del verano pasado:










Esta vez, como íbamos perfectamente equipados con cubos, palas, rastrillos, no nos faltaron ayudantes de obra... Después, baños, exquisitas comidas en el camping, juegos, y en definitiva un fin de semana fantástico y en la mejor compañía. Y como veis, todos lo pasamos en grande: